El aprendizaje individualizado y flexible es una necesidad para unos estudiantes más diversos, que desean adaptar su proceso de aprendizaje a su disponibilidad, residencia física, necesidades o estilos de aprendizaje.

La situación de excepcionalidad vivida desde 2020 actuó de acelerador de la innovación en el sistema educativo. ahora el reto es afianzar los avances conseguidos a la vez que se responde a los nuevos desafíos, más allá de los derivados de la situación sanitaria.

La innovación en educación superior debe dar respuesta a una serie de retos, coordinando metodologías y tecnologías educativas y el propio sistema educativo. En este sentido, es interesante observar tendencias como las que se detallan a continuación:

1) El aprendizaje individualizado y flexible como necesidad para unos estudiantes más diversos, que desean adaptar su proceso de aprendizaje a su disponibilidad, residencia física, necesidades o estilos de aprendizaje. En este sentido, los datos son fundamentales para poder diseñar sistemas de alerta e itinerarios de aprendizaje individualizados.

2) La integración de las TIC es otro de los retos del sistema educativo. Más allá del uso de la tecnología como solución de problemas ligados a la presencialidad, el entorno educativo debe desarrollar competencias digitales en los alumnos, integrando la tecnología con nuevas metodologías docentes. Especial atención demanda la brecha digital que pueda afectar a determinados colectivos atendiendo a su condición o situación, implementando soluciones que más inclusivas y accesibles.

3) Otro de los retos en educación superior es facilitar un set de competencias y credenciales valoradas por los empleadores. En este sentido, son de interés los sistemas de micro credenciales reconocidos por la industria, la modularidad y progresividad en las mismas, y el desarrollo de capacidades transversales, tales como la capacidad de aprender, el trabajo en equipo, la creatividad e innovación y el pensamiento crítico.

4) Relacionado con lo anterior, la evaluación (assesment) es otro de los grandes retos y fuentes de innovación en la educación superior. Se requieren sistemas fiables que garanticen la seguridad e identidad y eviten el fraude en las evaluaciones en línea, a la vez que respetan la privacidad de los alumnos. Además, se requiere avanzar en sistemas de evaluación que sean capaces de certificar competencias ligadas al desempeño profesional, y que estos sean fuente para el aprendizaje continuo.

5) No hay que olvidar las innovaciones metodológicas que incluyan las tendencias más importantes en estos momentos como la gamificación, el aprendizaje colaborativo, el aula invertida (flipped classroom), el aprendizaje basado en problemas (PBL) o en proyectos, entre otros. En este sentido, cada vez más, el alumno va a demandar píldoras o micro aprendizajes de alto valor añadido y muy centrados en la adquisición de skills valorados en el entorno.