La inversión en educación dará rendimientos en todos los ámbitos de la sociedad.

FUENTE: EL ECONOMISTA

Se requiere priorizar: la educación en las políticas públicas, la formación en las organizaciones, a los niños y jóvenes para lograr una sociedad más formada.

Sería innegable mencionar que, la pandemia de Covid-19 afectó en todos los sectores de la sociedad, siendo uno de los más afectados el sector educativo. Esto pone en foco rojo la priorización de la educación como una inversión familiar, social y de política pública de cualquier país.

Recientemente en un estudio publicado por Marion Lloyd, investigadora del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), menciona que la crisis educativa en la que se encuentra no solo México sino Latinoamérica donde se puede observar que, como consecuencia de la pandemia, existe un rezago educativo de dos años en promedio, aunque en algunos casos podría alcanzar hasta cuatro años.

Ante esta situación, es necesario citar a Ban Ki-moon, exsecretario general de la ONU quien en el informe “Generación del Aprendizaje: Invertir en educación para un mundo en transformación” señala la imperiosa necesidad de invertir en educación como un requisito para el crecimiento económico, el desarrollo sostenible y la estabilidad mundial.

No debemos olvidar que los jóvenes y niños que continuaron con sus estudios, serán los líderes del mañana que tomarán las decisiones de una sociedad en constante cambio y cada vez con mayores retos, esto refuerza la frase reflejada en dicho informe donde se apunta a la educación como “la más poderosa inversión que podemos hacer en el futuro; un factor fundamental en el desarrollo personal, nacional y mundial”.

Esta inversión dará rendimientos en todos los ámbitos de la sociedad al tener profesionales que puedan resolver problemas más complejos en beneficio de la humanidad.

La crisis que atravesó el mundo y particularmente el sector educativo tiene una solución: priorizar a la educación en las políticas públicas, priorizar la formación en las organizaciones, priorizar a los niños y jóvenes para lograr una sociedad más formada, más informada y con mejores oportunidades para una vida de calidad.